Tiempos en los que no había problemas… en los que TODO encajaba, TODO… No quedaban
piezas sueltas, o dañadas… Ni piezas manipuladas puestas a la fuerza en otro
lugar… Cada pieza en su sitio. ¿Dónde quedaron esos tiempos?
Sin comederos de
cabeza, sin traiciones, sin mentiras, sin puñaladas traperas por la espalda…
Viejos tiempos felices…
sin más preocupación que la de sonreír y dejarte llevar… sin miedos, sin
cobardías, sin dobles caras ni dobles significados…
No seré ni la primer ni
la última en decir que le gustaría volver al pasado… pero no para cambiar
cosas, pues no me arrepiento de nada, sino para mirar bien las cosas , desde
otro punto de vista, y darnos cuenta de que hay que pensar un poco más en uno
mismo, y que los finales de cuento son sólo eso, cuentos.
Al fin y al cabo, no
existen tantas personas con buen corazón como pensamos. No existen las
amistades verdaderas, ni los para siempre… Al menos no tan a menudo como querríamos,
y a veces se nos olvida…
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