sábado, 29 de diciembre de 2012

Queda prohibido


Queda prohibido llorar sin aprender, levantarte un día sin saber que hacer, tener miedo a tus recuerdos.

Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.

Queda prohibido no demostrar tu amor, hacer que alguien pague tus dudas y mal humor.

Queda prohibido dejar a tus amigos, no intentar comprender lo que vivieron juntos, llamarles solo cuando los necesitas.

Queda prohibido no ser tu ante la gente, fingir ante las personas que no te importan, hacerte el gracioso con tal de que te recuerden, olvidar a toda la gente que te quiere.

Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo, no creer en la vida y hacer tu destino, tener miedo a la vida y a sus compromisos, no vivir cada día como si fuera un ultimo suspiro.

Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte, olvidar sus ojos, su risa, todo porque vuestros caminos han dejado de abrazarse, olvidar su pasado y pagarlo con su presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas, pensar que sus vidas valen menos que la tuya, no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.

Queda prohibido no crear tu historia, dejar de dar las gracias a Dios por tu vida, no tener un momento para la gente que te necesita, no comprender que lo que la vida te da también te lo quita.

Queda prohibido no buscar tu felicidad, no vivir tu vida con una actitud positiva, no pensar en que podemos ser mejores, no sentir que sin ti, este mundo no seria igual.

Pablo Neruda 

(L)

Os transcribo una entrada que le ví a un amigo y que me encantó:
Lo estuvimos celebrando toda la noche. Bueno, para ser más exactos, lo estuvieron, pues no podía quitarme su ausencia de la cabeza. A mi alrededor todos bebían, brindaban, reían... Algunos de mis compañeros se me acercaban con intención de animarme, pero yo sabía que todo intento era en vano, aún así, intentaba poner mi mejor cara esperando que se fueran y me dejaran en la soledad de mis pensamientos. 
Los envidiaba, hasta que de repente llegó ella. En ese momento, hasta el más feliz de mis compañeros me envidió a mi.  

viernes, 14 de diciembre de 2012

Mentirosa compulsiva


Puedes estar contenta, has conseguido sacar lo peor de mí, y ahora tienes una entrada para ti solita, porque ya era hora, te lo merecías…

Igual que no pienso callarme todo lo que pienso de ti, ahora me toca mover ficha a mí, no vas a tener la oportunidad de salir airosa de todo esto y quedar de buena. Ya tienes tu premio. ¿Qué no quieres oírlo? No me importa. ¿Quién te ha dicho que aun ahora sigas teniendo derecho a decidir sobre lo que los demás hacemos?

Sigo sin comprender por qué lo hiciste, si de repente un día en casa te aburrías y decidiste comenzar a inventarte historias, sólo por diversión o quizá por algún otro motivo… La verdad es que no tengo ni idea, pero no me importa, porque nadie en su sano juicio se le pasaría por la cabeza jugar así con las personas. Inventarte esas historias y jugar incluso con tu propia vida… no, no es normal. Y ¿sabes qué? Llegué a creérmelo. Llegue a tenerte mucho cariño y a preocuparme por ti. Te di toda mi confianza y mis consejos, te lo conté todo  e incluso te ayudé con mi hermano, aquel al que se supone que amabas y al que no querías dañar… Sin darme cuenta de que yo misma te estaba abriendo la puerta para que jugaras con él, igual que lo hiciste con todos nosotros.

Y la gracia es que aún después sigues inventando e intentando ganar protagonismo a la desesperada, por miedo a quedarte sola por haberte puesto a jugar. Un juego que sólo tú entendías en tu cabeza de psiquiatra. Aún ahora intentas llevarte a alguien a tu bando, sin saber que no necesitabas nada de esto. No necesitabas haberte inventado ninguna historieta, ninguna hazaña, no necesitabas dar pena, ni colocarte medallas… No te hacía falta. Habríamos seguido a tu lado sin que tuvieras que manipular a alguien… y sin embargo decidiste seguir el camino de la mentira compulsiva… Un camino inentendible que sólo te ha llevado a donde estás ahora, sin nadie a tu alrededor, porque no lo supiste valorar y porque hay cosas, querida, con las que NO se juegan… Y me refiero a la propia VIDA.

En realidad sí que estás enferma, pero de algo muy diferente a la enfermedad que tú contabas… quizás en vez de inventarte visitas al hospital deberías visitar un psiquiátrico. Pero mira, ¿sabes qué? ¡Allá tú! Haber abierto los ojos es lo mejor que me podía haber pasado y que hayas salido de nuestras vidas no sabes el gran bien que nos hace. Bórrame si quieres con tus pataletas de niña chica, lo que no sabes es que yo ya te había borrado de mi vida hace mucho tiempo, cuando supe la VERDAD. Verdad que incluso cuesta creerla, porque es casi incomprensible que alguien se invente cosas como esas… Y ahora llora y patalea todo lo que quieras por no haber podido conseguir lo que tú querías. GAME OVER bonita. Con las vidas no se juega, no somos monigotes que puedas manejar, somos HUMANOS, aunque tú no estés muy bien de la cabeza… 


Impotencia


Hay cosas que aunque sepas que van a ocurrir desde hace tiempo, cuando ocurren, duelen igual o incluso más que si hubiesen ocurrido de sorpresa, sin esperarlo.

Son cosas que ves venir, que te imaginas poco a poco que van a pasar… pero que aún así no puedes evitar que ocurran, por mucho que quieras… Y que, cuando suceden, cuando al fin tienes la certeza completa de que tenías razón, y los hechos se terminan demostrando solos… caen sobre ti como el peso de una pared que se desploma, como un terremoto que te derrumba, un tsunami que te va engullendo poco a poco…

Te recriminas a ti misma que tú ya lo sabías, que eres idiota por no creer que fuese a ocurrir… y entonces entras en un torbellino de rabia, desilusión y pena… porque en el fondo sabes que no podías hacer nada, no se puede evitar… Ese sentimiento que te invade… mitad pena, mitad rabia e impotencia, que te consume por dentro por tener que quedarte de brazos cruzados viendo cómo sucede lo que ya veías venir y que no querías que pasara… ¿De qué sirve preveer las cosas si no puedes cambiarlas? ¿Qué se gana con eso?

Algunos ven como un don la capacidad de preveer el futuro y saber qué es lo que va a ocurrir… Yo pienso todo lo contrario… Injusta condena que te obliga a saber qué pasará sin que puedas evitarlo… jamás podrás cambiar ese destino, sólo verlo, ese es tu cometido… Un cometido absurdo que te empuja a una nube de rabia y miedos, que te lleva a ser desconfiada siempre o a cabrearte contigo misma antes que con el o los culpables…

Yo lo veo más como una maldición, una dosis de mala suerte que te permite saber lo que ocurrirá sin que puedas cambiarlo. Un sentimiento de impotencia que te persigue a lo largo de toda tu vida…

¿Un don? No lo creo. Cuando realmente puedas cambiar las cosas, cuando realmente tengas la oportunidad de manejar tú mismo las cartas de tu destino... entonces, en ese momento, se convertirá en un don… Tan sólo en ese momento comenzaremos a ser libres de verdad, para poder escribir por nosotros mismos las páginas de nuestra historia… **


lunes, 3 de diciembre de 2012

Sociedad deshumanizada


Día a día la vida te va demostrando que los cuentos son sólo cuentos. Y que esas cosas no ocurren en la vida real…

Amor verdadero, amistad verdadera… terminan siendo invisibles contratos de conveniencia que un día se dejan de cumplir si descubren otra oferta mejor…

Quizás influya esta sociedad consumista y deshumanizada en la que vivimos hoy en día. Sociedad en la que te enseñan a usar y tirar lo que no te valga en busca de algo mejor, porque “siempre hay algo mejor”. El "mágico" mundo en el que puedes cambiar a un ritmo vertiginoso de ropa, de zapatos, de casa, de estilo… y ¡hasta de amigos! Sí señores sí, de amigos. Porque todo tiene que ir conjuntado con tus intereses de cada momento y tus diferentes estilos de vida. Como packs completos que vas probando, de uno a otro, de flor en flor… como en el cuento… Te das cuenta de que, ¿qué más da las intenciones que lleves? No importa si son buenas, malas, sinceras o totalmente encubiertas. Lo importante es que tu perfil de vida estereotipado se ajuste a la nueva vida que tienen los demás.

Y así, la propia sociedad nos va colocando en grupitos, con sus respectivos intereses y hobbies en común, como pequeños rebaños exactamente iguales, como los productos estandarizados que va produciendo nuestro “queridísimo” sistema capitalista y “del bienestar”. Já! ¡Qué bonito suena todo! ¡Qué guay y perfecto sería todo si no fuera por las piezas que se van quedando aisladas y perjudicadas…! ¿Para qué repararlas? ¡Puedo tener otras nuevas!

Y así nos vamos dañando todos y todas poco a poco, sin molestarnos en hablar las cosas, ni en valorar lo que esa persona ha hecho por ti. Así, se van quedando todas esas historias abiertas y sin final escrito… novelas a medio hacer… porque siempre es mucho más fácil labrarte nuevas amistades y empezar de cero en vez de enmendar el error. Ir huyendo de los problemas a lugares donde no los conoces ni te conocen, donde no saben lo que hiciste ni dónde fallaste, así podrás incluso cometer el mismo error sin problema alguno, ya que no será a la misma persona. Es mucho más fácil ir cambiando de pandilla, de personas a tu lado, para así ahorrarte la “difícil” tarea de reparar los corazones que tú mismo destrozaste. Es mucho más fácil y rápido olvidar el daño que hiciste y “quitarte del medio” para no tener que volver a recordarlo.

TRISTE… Es muy triste la sociedad de COBARDES en la que vivimos. Porque detrás de cada huida y detrás de cada mentira sólo se encuentra el MIEDO. Miedo a que vean que tienes sentimientos y puedan hacerte daño. Y también miedo a sentir. Porque es mucho más fácil colocarte la coraza y ser frío, para que así no te hieran, para que no se den cuenta de la soledad que sientes tras tu armadura de cartón.

Absurda lógica la de hacer daño para esconder el que tú sientes. Absurda lógica la de machacar a las personas que más dieron por ti, por miedo a cogerles cariño y que te hieran.

¿Cuándo comenzó esta guerra? Este conflicto no escrito de sentimientos, de vivir a la defensiva y con ataques cada vez más crueles. ¿Quién fue el primer COBARDE que atacó? ¿Quién comenzó el juego de esconder sentimientos? ¿Quién pensó que era mejor traicionar a un AMIGO? ¿Quién tuvo esa genial idea?

Guerra sin final que cada vez más rápido avanza. Como un monstruo devorador de sentimientos. Como una gran ola deshumanizadora… Sociedad sin sentimientos, y el arma más difícil de combatir: el MIEDO. 

Viejos tiempos felices...



Tiempos en los que no había problemas… en los que TODO encajaba, TODO… No quedaban piezas sueltas, o dañadas… Ni piezas manipuladas puestas a la fuerza en otro lugar… Cada pieza en su sitio. ¿Dónde quedaron esos tiempos?

Sin comederos de cabeza, sin traiciones, sin mentiras, sin puñaladas traperas por la espalda…

Viejos tiempos felices… sin más preocupación que la de sonreír y dejarte llevar… sin miedos, sin cobardías, sin dobles caras ni dobles significados…

No seré ni la primer ni la última en decir que le gustaría volver al pasado… pero no para cambiar cosas, pues no me arrepiento de nada, sino para mirar bien las cosas , desde otro punto de vista, y darnos cuenta de que hay que pensar un poco más en uno mismo, y que los finales de cuento son sólo eso, cuentos.

Al fin y al cabo, no existen tantas personas con buen corazón como pensamos. No existen las amistades verdaderas, ni los para siempre… Al menos no tan a menudo como querríamos, y a veces se nos olvida…


Viejos tiempos felices… ¿quién sabe si volverán?