Día a día la vida te va
demostrando que los cuentos son sólo cuentos. Y que esas cosas no ocurren en la
vida real…
Amor verdadero, amistad
verdadera… terminan siendo invisibles contratos de conveniencia que un día se
dejan de cumplir si descubren otra oferta mejor…
Quizás influya esta
sociedad consumista y deshumanizada en la que vivimos hoy en día. Sociedad en la
que te enseñan a usar y tirar lo que no te valga en busca de algo mejor, porque
“siempre hay algo mejor”. El "mágico" mundo en el que puedes cambiar a un ritmo
vertiginoso de ropa, de zapatos, de casa, de estilo… y ¡hasta de amigos! Sí
señores sí, de amigos. Porque todo tiene que ir conjuntado con tus intereses de
cada momento y tus diferentes estilos de vida. Como packs completos que vas
probando, de uno a otro, de flor en flor… como en el cuento… Te das cuenta de
que, ¿qué más da las intenciones que lleves? No importa si son buenas, malas,
sinceras o totalmente encubiertas. Lo importante es que tu perfil de vida
estereotipado se ajuste a la nueva vida que tienen los demás.
Y así, la propia
sociedad nos va colocando en grupitos, con sus respectivos intereses y hobbies
en común, como pequeños rebaños exactamente iguales, como los productos estandarizados
que va produciendo nuestro “queridísimo” sistema capitalista y “del bienestar”.
Já! ¡Qué bonito suena todo! ¡Qué guay y perfecto sería todo si no fuera por las
piezas que se van quedando aisladas y perjudicadas…! ¿Para qué repararlas?
¡Puedo tener otras nuevas!
Y así nos vamos dañando
todos y todas poco a poco, sin molestarnos en hablar las cosas, ni en valorar
lo que esa persona ha hecho por ti. Así, se van quedando todas esas historias
abiertas y sin final escrito… novelas a medio hacer… porque siempre es mucho
más fácil labrarte nuevas amistades y empezar de cero en vez de enmendar el
error. Ir huyendo de los problemas a lugares donde no los conoces ni te
conocen, donde no saben lo que hiciste ni dónde fallaste, así podrás incluso
cometer el mismo error sin problema alguno, ya que no será a la misma persona.
Es mucho más fácil ir cambiando de pandilla, de personas a tu lado, para así
ahorrarte la “difícil” tarea de reparar los corazones que tú mismo destrozaste.
Es mucho más fácil y rápido olvidar el daño que hiciste y “quitarte del medio”
para no tener que volver a recordarlo.
TRISTE… Es muy triste
la sociedad de COBARDES en la que vivimos. Porque detrás de cada huida y detrás
de cada mentira sólo se encuentra el MIEDO. Miedo a que vean que tienes
sentimientos y puedan hacerte daño. Y también miedo a sentir. Porque es mucho
más fácil colocarte la coraza y ser frío, para que así no te hieran, para que
no se den cuenta de la soledad que sientes tras tu armadura de cartón.
Absurda lógica la de
hacer daño para esconder el que tú sientes. Absurda lógica la de machacar a las
personas que más dieron por ti, por miedo a cogerles cariño y que te hieran.
¿Cuándo comenzó esta
guerra? Este conflicto no escrito de sentimientos, de vivir a la defensiva y
con ataques cada vez más crueles. ¿Quién fue el primer COBARDE que atacó? ¿Quién
comenzó el juego de esconder sentimientos? ¿Quién pensó que era mejor
traicionar a un AMIGO? ¿Quién tuvo esa genial idea?
Guerra sin final que
cada vez más rápido avanza. Como un monstruo devorador de sentimientos. Como
una gran ola deshumanizadora… Sociedad sin sentimientos, y el arma más difícil
de combatir: el MIEDO.