Un día tras otro van sucediendo
cosas…se suceden al igual que se siguen sucediendo los recuerdos en mi cabeza,
uno tras otro, sin pausa, como una pequeña tortura, como esas películas que no
te gusta ver porque te provocan malos sentimientos pero que aun así te empeñas
porque no quieres perdértelo… Intentar olvidarlos, intentar borrarlos y a la
vez sentir que si los olvidas perderás una parte de tu alma…como si te
desgarrasen por dentro… Porque están pegados a ti…forman parte de tu piel, de
tu cabeza…son parte del tejido de tu corazón… Porque con ellos pudo latir
fuerte y cicatrizar de otras heridas… Y ahora late agonizante… en busca de esa
energía que le daba fuerzas y ahora ya no está… Se fue. Desapareció de repente
como si nada… Dejando tan sólo los recuerdos…dejando tan sólo las marcas de
esos cables que lo alimentaban pero que ahora ya no tienen corriente… No fue
una desaparición sin rastro… Esta desaparición dejó todas las huellas habidas y
por haber…
Hoy, me doy cuenta de que soy una
cobarde… de que me da miedo aceptar que esa historia quizás jamás se siga
escribiendo, de que ése fue el capítulo final aunque no me guste… No siempre
los lectores están de acuerdo con el autor de la historia… Esta vez quizá el
final estaba decidido así… y aunque lo veamos injusto no podemos cambiarlo…
Pero reconozco que me falta valor… Me falta valor para levantarme sabiendo que
tengo que tirar esos recuerdos a la basura… Que tengo que hacerlo aunque me
desgarre el corazón mientras lo despego de mis tejidos… Y que tengo que mirar
hacia delante, y abrirle las puertas al tiempo para comenzar la sanación… Pero
no tengo valor, no puedo… Todas las mañanas me levanto y procuro sacarlo de mi
cabeza… y de repente me sorprendo a mi misma pensando en las cosas que te
gustaban, en tu forma de mirar, en tu sonrisa… y sin querer me doy cuenta de
que se me dibuja una sonrisa en mi cara… una sonrisa amarga de los recuerdos
más felices de mi vida… Recuerdos que jamás volverán… Me sorprendo mirando tu
rosa… la misma que he intentado esconder pero que no tengo narices para tirarla…
La he tenido en la mano millones de veces… pero sigue ahí, sin más, hasta el
día en que me atreva…hasta el día en que sea capaz de cerrar el capítulo… nuestra
historia…nuestro cuento…
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