Vivimos
en un mundo cada vez más injusto. Sociedad acabada donde ya no importa
el corazón ni las personas. Sociedad donde a veces importa más el quedar
bien. La falsedad, el aparentar que somos felices sólo para que los
demás no puedan herirte. Esa tentación de burlarte del otro sólo para
sentirte bien contigo mismo. Ese sentimiento que saca lo más cruel del
ser humano. Sociedades de personas desencantadas de este mundo, que han
perdido la felicidad y se limitan a no buscarla. Personas que ya no son
personas, solo borregos; borregos de esta sociedad que nos imponen desde
chicos.
De pequeña te enseñan cuentos, películas y fantasías. Te
enseñan a soñar, a querer vivir en un mundo feliz, a perseguir tus
sueños y tus deseos más profundos, a que no hay que rendirse nunca y que
lo más importante es respetar y no hacer daño a la gente. Te hacen
creer que la vida es de color de rosa, y que algún día, si has sido
buena persona, lograrás alcanzar tus metas y tu esfuerzo habrá sido
recompensado. Cuentos y más cuentos que traen implicados los valores de
esta sociedad. Una sociedad que según creces se va volviendo gris y
pierde el color que de pequeña creías ver… Valores como la competencia,
la avaricia, la ambición…sentimientos que sacan lo peor del ser humano.
Pero parece que eso en esta sociedad no importa. Ya no importa ser un
ser humano, ser una persona, sentir…al contrario, eso te hace débil.
Ahora lo único q importa es tener poder y parecer feliz (tan solo
parecerlo), lo demás no importa.
Esa obsesión por aparentar que
eres alguien, por parecer feliz, mientras por dentro en realidad no lo
sientes. Sociedad en la que cada vez estamos más rodeados de GENTE, y en
la que, a la vez, nos sentimos más SOLOS. Porque ya tan sólo hay gente,
mucha gente, pero ninguna PERSONA…sólo GENTE. Seres sin corazón y
muchas veces sin escrúpulos. Sociedad cargada de complejos que necesita
de crueldades para sentirse bien. Jugar a ver quién gana en una GUERRA
como si de playmobil se trataran los miles y miles de ciudadanos a los
que manejan como marionetas. Tomar decisiones sin tener en cuenta los
sentimientos, el corazón, la conciencia…
Qué pena aquel niño
pequeño, al que le cuentan todas esas fantasías, que sueña y muestra su
radiante sonrisa… ¿Se han preguntado alguna vez por qué a un adulto le
fascina tanto la SONRISA de un niño? Porque ese adulto se olvidó de
sonreír así, perdió la ilusión y dejo que el color se fuera de su vida.
Abandonó la alegría por cosas como un aburrido trabajo de oficina, que
hace que su vida se base en una mera RUTINA gris de la que no podemos
salirnos. Porque eso es lo que nos han enseñado, que así es como TODO
debe ser. Nada puede salirse de ese orden, ese equilibrio sombrío y
cuadriculado.
Pobre niño que corrió la aventura de SOÑAR, y de
pensar que las metas podían alcanzarse, y que la vida podía ser de color
rosa. Pobre niño ingenuo que según va creciendo va perdiendo su
ilusión. Pobre niño que no sabrá asimilar ese choque, ese chasco cuando
descubra que las cosas no son así. Pobre niño que en vez de ASIMILAR que
la vida no es de color de rosa y seguir luchando por sus sueños para
que su vida no pierda el color; terminará siendo, simplemente, un
borrego más…Un adulto gris que tan sólo sigue una rutina. Rutina sin
COLOR. Rutina sin ILUSIÓN. Rutina sin FELICIDAD.
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