miércoles, 4 de abril de 2012

Mucha GENTE, ninguna PERSONA


Vivimos en un mundo cada vez más injusto. Sociedad acabada donde ya no importa el corazón ni las personas. Sociedad donde a veces importa más el quedar bien. La falsedad, el aparentar que somos felices sólo para que los demás no puedan herirte. Esa tentación de burlarte del otro sólo para sentirte bien contigo mismo. Ese sentimiento que saca lo más cruel del ser humano. Sociedades de personas desencantadas de este mundo, que han perdido la felicidad y se limitan a no buscarla. Personas que ya no son personas, solo borregos; borregos de esta sociedad que nos imponen desde chicos.

De pequeña te enseñan cuentos, películas y fantasías. Te enseñan a soñar, a querer vivir en un mundo feliz, a perseguir tus sueños y tus deseos más profundos, a que no hay que rendirse nunca y que lo más importante es respetar y no hacer daño a la gente. Te hacen creer que la vida es de color de rosa, y que algún día, si has sido buena persona, lograrás alcanzar tus metas y tu esfuerzo habrá sido recompensado. Cuentos y más cuentos que traen implicados los valores de esta sociedad. Una sociedad que según creces se va volviendo gris y pierde el color que de pequeña creías ver… Valores como la competencia, la avaricia, la ambición…sentimientos que sacan lo peor del ser humano. Pero parece que eso en esta sociedad no importa. Ya no importa ser un ser humano, ser una persona, sentir…al contrario, eso te hace débil. Ahora lo único q importa es tener poder y parecer feliz (tan solo parecerlo), lo demás no importa.

Esa obsesión por aparentar que eres alguien, por parecer feliz, mientras por dentro en realidad no lo sientes. Sociedad en la que cada vez estamos más rodeados de GENTE, y en la que, a la vez, nos sentimos más SOLOS. Porque ya tan sólo hay gente, mucha gente, pero ninguna PERSONA…sólo GENTE. Seres sin corazón y muchas veces sin escrúpulos. Sociedad cargada de complejos que necesita de crueldades para sentirse bien. Jugar a ver quién gana en una GUERRA como si de playmobil se trataran los miles y miles de ciudadanos a los que manejan como marionetas. Tomar decisiones sin tener en cuenta los sentimientos, el corazón, la conciencia…

Qué pena aquel niño pequeño, al que le cuentan todas esas fantasías, que sueña y muestra su radiante sonrisa… ¿Se han preguntado alguna vez por qué a un adulto le fascina tanto la SONRISA de un niño? Porque ese adulto se olvidó de sonreír así, perdió la ilusión y dejo que el color se fuera de su vida. Abandonó la alegría por cosas como un aburrido trabajo de oficina, que hace que su vida se base en una mera RUTINA gris de la que no podemos salirnos. Porque eso es lo que nos han enseñado, que así es como TODO debe ser. Nada puede salirse de ese orden, ese equilibrio sombrío y cuadriculado.

Pobre niño que corrió la aventura de SOÑAR, y de pensar que las metas podían alcanzarse, y que la vida podía ser de color rosa. Pobre niño ingenuo que según va creciendo va perdiendo su ilusión. Pobre niño que no sabrá asimilar ese choque, ese chasco cuando descubra que las cosas no son así. Pobre niño que en vez de ASIMILAR que la vida no es de color de rosa y seguir luchando por sus sueños para que su vida no pierda el color; terminará siendo, simplemente, un borrego más…Un adulto gris que tan sólo sigue una rutina. Rutina sin COLOR. Rutina sin ILUSIÓN. Rutina sin FELICIDAD.

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